domingo, 23 de marzo de 2008

Cómo elegir productos realmente ecológicos


En primer lugar, no conviene dejarse llevar de buenas a primeras por este tipo de denominaciones tan genéricas y ambiguas, que normalmente no suelen estar reguladas, salvo excepciones. Por ejemplo, los términos "bio" y "biológico" se podían utilizar hasta mediados de 2006 en todo tipo de alimentos, hasta que la ley restringió su uso a productos elaborados exclusivamente con métodos ecológicos.

Un consumidor crítico debería también desconfiar de promesas demasiado bonitas para ser ciertas o de eslóganes muy llamativos e incluso contradictorios. Por ejemplo, un coche podrá reducir sus emisiones de CO2 o utilizar el combustible de manera más eficiente, pero nunca podrá ser "ecológico" porque seguirá teniendo un impacto medioambiental considerable.