miércoles, 4 de junio de 2008

Que Sandokán nos salve. Artículo de opinión de Jonay Acosta miembro de A. Ossinissa

....En unos cuantos años esos lugares se llamarán “esa montaña de allí arriba” o “ese barranco de allí abajo”, porque ya no quedan pastores que los pateen ni gente que trabaje el campo...

En Canarias, “la tierra para quien la especula” ha sustituido al eslogan de “la tierra para el que la trabaja”. El Seprona no para de cerrar cuadras porque les apesta a quienes van de turismo rural, y les molesta perder clientela a los dueños de las casas, ex-ganaderos la mayoría. Ahora encima suben los precios del grano por la fantástica idea del biocombustible, y dado el escaso cooperativismo que hay en el campo canario -me ahorro hablar de los políticos-, el ganadero tiene que abandonar su oficio al no serle rentable el precio al que le compran la leche. El agricultor, exprimido con la competencia de las importaciones de la Unión Europea y con el abuso del intermediario -muchas veces la propia administración-, también tiene que abandonar su oficio. El medianero, cada vez con menos tierras, busca otro oficio harto de lidiar con caciques que a sabiendas de la escasez abusan y racanean.
El canario sigue sin oírse. Callado como siempre, agacha la cabeza y dice: “ya vendrán tiempos mejores”. Ya intentó cambiar las cosas con el voto y la Ley Electoral se lo negó. En otras islas fueron los votos del Más Allá los culpables -y me refiero al submundo, no a Venezuela-. CC, desesperada ante la teta que se le quita, quiere ahora cambiar el Estatuto de Autonomía, aunque necesitará de los votos del grupo de López Aguilar, quien pone como condición el cambio de la dichosa Ley caciquil.